Déjanos abandonar esta autopista atestada
tomemos la ruta con menos distracciones
Para encontrar la senda que nos guíe
A la fuente de nuestro origen.
Déjanos alejar nuestros temores
Abracemos la verdad de cada final
Percibamos a través de las ilusiones
Y no retendremos nada.
Déjanos asombarnos con humildad
Y cantemos las canciones de la libertad
Y perdámonos en la gloria
En el regalo de un nuevo día.
Marchar a lo largo de las costas sin fin
Escuchar en el silencio los secretos
De las olas que llegan desde la lejana China
Solo para lavar el dolor.
Rodemos junto a la piedra
Rompamos las cadenas de la soledad
Encontremos en la oscuridad el camino
Para respirar el aire fresco y puro.
No perdamos jamás la fe
En un poder superior
Ni el contacto
Con quienes han perdido su camino.
Déjanos vencer cada separación
Comprender y perdonar
Contar solo las bendiciones
En el regalo de cada nuevo día.