No tengo la intención
De abrir una vez más esta puerta.
Nada hay detrás
Que sea nuevo para mí.
Por favor, alcanza a comprender
Como me siento…
Perdonar fue fácil
Olvidar, por contra, un infierno.
Me siento imune a la caza de los sueños
A través de la espalda de la noche
En el agujero negro de la desesperación.
En busca de respuestas a preguntas
Que a nadie interesa.
Estoy inmunizado.
No siento necesidad alguna
De beber en el pozo de los deseos.
No tengo hambre suficiente
Como para coger la fruta de árboles ajenos.
El amargo sabor de la verdad
Se sobrelleva con dureza…
Cuando te ciegan
Tus propias necesidades egoístas.
Me siento inmune a la locura
En esta caza sin fin
de cosas materiales sin valor.
Dinero, poder, riquezas, fama
Inclinaciones perversas que nos dominan.
Estoy inmunizado.
No me apetece
Cabalgar en el ocaso de la tarde.
Un caballo tullido
Que la edad volvió gris.
El horizonte se oscurece
Mientras se anuncia una furiosa tormenta.
Agacho la cabeza
Ante la suerte de mi destino.
Me siento inmune a buscar
El final del arco iris
Solo los locos esperan allí.
La decepción oculta el dolor
Igual que la indignación
se convierte en la vergüenza
De sentirnos de nuevo engañados.
No encuentro ya el deseo
De dormir más en esta cama.
Da igual cuántas veces
Hayas cambiado las sábanas.
La suciedad ha penetrado tanto
Que ha alcanzado a mezclarse
Con el río de mis lágrimas.
Mi corazón ha quedado herido
Sin posibilidad de cura.
Me siento inmune a tu rostro
Que irrumpe en mis pensamientos
Como un ladrón en la noche.
Tu boca derrama palabras como la lluvia ácida
Justo hasta el límite de mi inocencia.
Estoy inmunizado.
