Aquí estoy sentado
Sin nada que hacer.
Preguntándome cómo
Van a caer los dados cósmicos.
He tenido suficiente
De todas las promesas
Que el mundo cambiaría
Y que todos nosotros seríamos iguales.
Teníamos el mejor de los tiempos
Que se ha convertido en el peor.
Es el tiempo más duro
Que tú y yo, amigo mío, estamos viviendo. ¡Piedad!
Me encuentro en la mitad de un fuego cruzado
Respondiendo preguntas inútiles.
Y pongo mi esfuerzo
en guardar mi dignidad.
Eh, señor, necesito un trabajo.
Tengo que alimentar a mi familia.
Y mi orgullo no me deja mendigar
Ayúdeme, por favor
Escucho sus explicaciones
Sus palabras cargadas de doble sentido.
Veo el moviemiento de sus labios
Todo lo que escucho es bla bla bla.
Fuera en las calles
No existe tiempo para soñar.
Nada más real
Que la vida misma.
Das lo mejor de ti mismo
Intentando mantenerte sujeto
mientras pierdes el equilibrio
y te deslizas poco a poco
por la afilada navaja de la pobreza.
Has desaparecido del radar.
Te has colado entre las grietas
Y la leche de la bondad humana
Se ha vuelto agria en tu boca.
Ya sabes que intento creer
En esta idea eterna
De que el bien vence al mal.
En la así llamada “familia humanidad”
En estos días me parece
Que mi paciencia se pone a prueba
Cuando veo con qué crueldad
Actúan siempre los hombres.
Hemos perdido lo mejor
De todos los tiempos: convertido en el peor.
Son tiempos de deseperación
Tú, amigo mío, mira lo que estamos padeciendo.